VI
Mira mi cuerpo, por él cruzó mil veces el deseo, violento y manso,
hizo fogatas la noche.
Lo atravesó el humo, se quedó quieto como si no hubiera salida
y al fin se levantó siendo otro.
Tuvo al miedo entre sus manos, a solas dijo lo indeccible,
por él bulle el calor bajo su frío, y sestean los elementos
sin órdenes ni gritos.
Dori Campos
Claude Cahun |
No le extraigas la piedra de la locura antigua, la mezcla de todos los lugares.
Llevo hilo en el viaje, recordará donde estuvo y lo que hizo falta para salir con vida.
Podrá hablarte de la belleza de las pistas. Como va cambiando los motivos.
De la nave de mil caras con sus causas errantes,
envolviéndolo en la antigüedad del musgo.
Dori Campos
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