Será que ya no son nuestras las cosas,
o que nunca lo fueron y teníamos
-como quien guarda fe o agua entre las manos-
una forma imprudente de vivir.
Un alfiler de sol puntea cada
milímetro de mundo como si evidenciara
la dimensión exacta de la pérdida.
Ayer sabíamos poco de nosotros,
teníamos el hambre y la memoria
como garantes de un dominio sobre
el infinito de todas las cosas.
Basta con seguir el paso del sol:
recorre nuestro cuerpo con la misma
dureza que recorre el matorral,
la arcilla blanca
o la hormiga en el borde de la piedra.
Quizás nuestra única propiedad fue
la obsesiva ilusión de tener y tenernos.
de Javier Vicedo Alós
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| José Manuel Broto |
4 comentarios:
me gusta el poema y
me gusta la pintura
abrazopaisano,
G.
"la obsesiva ilusión de tener y tenernos"
gracias por el poema, cámara de niebla...
PPP
Me guardo la ultima palabra del día para ti. Quizás porque hecho de menos el cuidado de tus letras y la de tus amigos...
Esta aventura, la política, que solo servirá para traerme desgracias, me roba el tiempo de quereros de cerca...pero sabed vosotros, y también los que os leen que aquí hay uno que os aprecia de verdad...
un abrazo
Dr.
PD. No es perdida, es otra cosa, cambio, transición, no sé qué, pero no pérdida...por eso que no es nuestra única propiedad, sino nuestro pecado y desgracia...Esa es la mancha que tenemos que disolver, hasta ser agua clara que se pierde en el mar...
Basta con seguir el paso del sol.
Sí.
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