viernes, 9 de enero de 2009



Les Arbes Verts ou Les Hetres de Kerduel
, Maurice Denis, 1893


REFINAMIENTO DEL CAMPO

Las piedras colocadas sobre piedras
y encima de ese muro primitivo
algún olivo blanco.
No sé por qué será que ciertas cosas
que apenas dicen nada,
que bien analizadas no son cosas
dignas de nada,
causan sobre mi ánimo un influjo
de inextinguible paz.
Se diría que siento mis raíces
dentro de esos contornos depurados
que no son nada,
dentro de esa vejez
de una humildad tan firme
cual si una incitación muy familiar
me retuviera allí.
Algo como una voz que me dijera
de dentro de mí mismo :
esta fe encantadora
es la pobreza.

Juan Gil Albert.

8 comentarios:

s dijo...

"Se diría que siento mis raíces
dentro de esos contornos depurados
que no son nada,
dentro de esa vejez
de una humildad tan firme
cual si una incitación muy familiar
me retuviera allí."

Encantador poema. Gracias.

Saludos.

Nicho dijo...

Sencillez, humildad. Está nevendo ahora, a lo mejor lo estás viendo por la ventana.
Ana, un saludo.

Marta dijo...

Qué bonito.

Olga Bernad dijo...

ES verdad, puede que el refinamiento de las cosas que nos hacen sentir bien consista en la mezcla inexplicable de nuestra fe con su humilde firmeza. Algo que reconocemos y no podemos acabar de explicar en "ciertas cosas que apenas dicen nada".

José Ángel García Caballero dijo...

qué calma da...

Miguel Gómez Losada dijo...

y el cuadro no tiene autor?

besitos Ana

Miguel Gómez Losada dijo...

maravilla

Estupor dijo...

Este poema es un átomo: las palabras son partículas que dan vueltas alrededor del vacío.