13-8-2009
desvela la semana en torno a un rito
ver cómo crece un hijo hacia la nada.
el padre apenas mira y nunca habla.
qué más puede decir, qué puede un padre
de pie, ahogado en blanco y en silencio,
como hace tantos años: parecía
que el mundo respiraba justamente
en lo que nunca dijo, sin fisuras
enmudece y delimita lo posible:
el último reducto de la infancia
y es que él también fue niño, no le hablaron
de inviernos sin abril, de fiestas graves.
el padre ya sabía del desgaste
que en el placer horadan nuestros días,
y aún no sé por qué, cómo explicarlo
ni él tampoco, ahí, de pie, sin voz,
con grandes flores. intenta distraer
la fecha, el nombre.
no me reprocha nada. solo quiere
que no esté jamás solo. aunque sea tarde,
cuando este martes gris ya me ha vencido.
ahora sabemos todo
y todo sobra.
Raúl Díaz Rosales
Elige tu último aniversario,
6 comentarios:
Emocionante, Ana. Gran poema. Como siempre, gracias por el descubrimiento. Qué principio, qué final y qué desarrollo.
Saludos.
Jo, qué bonito. El final me encanta.
Enhorabuena al poeta-editor, Raúl. Nos vemos el sábado.
Oye, menudo poema, qué bueno.
Rosales, siempre Rosales, un gran desconocido para unos e ignorado por otros. Gracias por recordarlo.
Me gusta ana.
Tengo que contarte mil cosas.
El martes acabo los examenes y hablamos!!!!!!!!
Publicar un comentario