lunes, 2 de noviembre de 2009



René Magritte.



Carta de amor



Escribe una carta de amor solamente
que tenga la semilla de un gran suspiro
y después olvídala en la memoria
para que yo la pueda escuchar.
De noche, cuando duermes,
aunque tú no lo sabes, vengo a buscarte:
mi límite frío de sueño
se compagina con el tuyo,
vivimos sobre dos desiertos
que al atardecer se transforman en colinas
y desnudo mis senos en la noche
ansiosa de que tú los mires.


Alda Merini

9 comentarios:

a roja dijo...

y después olvídala en la memoria
para que yo la pueda escuchar.

desde que colgaste el poema, lo he leído un montón de veces, es precioso

José Ángel García Caballero dijo...

vaya semana de ausencias, es precioso el poema,
besos!

Dillinger dijo...

Hermoso. Delicado. Perfecto. Qué poema. Ah.

Un abrazo de D.

El Saltador. dijo...

¡Que belleza!,es cómo un estanque probático. GRACIAS.

Anónimo dijo...

Qué sutil y bello


:)

Anónimo dijo...

Son dos noticias entonces. La de su existencia y la de su fallecimiento.

MUchas gracias, Ana.

Rr dijo...

He robado una parte de la mañana para leer "Tierra Santa". Qué maravilla y qué espanto. Qué trance. Cuando he salido a la calle estaba bastante más trastornado que cuando entré a la biblioteca.

Gracias por la pista.

Por tu culpa terminaré leyendo poesía de nuevo.

Besos y expresiones ;)

camaradeniebla dijo...

Me alegra mucho que os guste, para eso estamos, para difundir.

Unknown dijo...

Una delicia. Es verdad que no te cansas de leerlo. Gracias :-)