martes, 9 de marzo de 2010





Frits Thaulow


La máquina de limpiar la nieve


Ahí suena, con su carraspeo ronco, el motor
En medio de la noche blanca

Opaca con su chirrido los otros ruidos:
Esa incesante música que destilan los caños

El hombre, inmigrante a su pesar, aprieta
El mecanismo y va limpiando el camino

El sendero blanquecino que antes se hundió
Bajo la nieve

El ruido que podría ser insoportable en su monotonía
Es el preludio de un camino limpio

Desde las ventanas amarillentas de los departamentos
Las caras ateridas labran una pequeña sonrisa

Miramos el paso del carro
Los mecanismos misteriosos que permiten la limpieza

Desde nuestras oscuridades también advertimos que se va acumulando
Un hielo frío que al principio parece raspadilla

Imperceptible polvo gélido
Apegado a nuestros cuerpos como goma arábiga

Con los días y el mal tiempo el polvo muda en escarcha
Dura y repulsiva como el hielo derretido en el asfalto

En medio de la oscuridad blanquecina la nieve envuelve
Con su mugre una chalina

Tiene que venir el sol, húmedo y tímido,
A veces demora en sacar la cabeza

Es mejor seguir el compás de la máquina
Su música amarilla, su tintineo monótono, su canturreo sordo

Limpiar el camino a la primera nevada
Sacar la lágrima de encima

Evitar la dureza de piedra del témpano

Torcer con suavidad para otro lado la cabeza

Luchar desde un principio y quebrar
Con dulzura lentamente los párpados

Pero nada que equivalga a una humillación.

Rocío Silva Santisteban

2 comentarios:

José Ángel García Caballero dijo...

precioso!

José Antonio Fernández dijo...

Realmente bonito. Las imágenes preciosas.
Un saludo.