I. EXT. La boca del infierno
Un jardín, como pudiera construirlo un niño,
un jardín de ladrillos y arbustos cuadrados.
Cerca de las urnas fantásticas y los distinguidos setos
dos figuras: él y ella.
(Intertítulo: ¿Cómo has llegado aquí?)
Él viste una sábana—toga y sandalias,
una lira de madera contrachapada apoyada en un brazo.
Alta pornografía de 1907—
ella está desnuda, la cabellera deshecha.
(Ven conmigo, vuelve a casa)
El jardín es de amapolas y cardos—
sería gris en technicolor.
Ella quiere tender su mano,
cuando él la solicita, ella se retira.
(No mires atrás. Te seguiré.)
Su palidez se tensa en el dolor, gira de nuevo
hacia la senda que él había tomado.
¿Qué atrocidades se han cultivado aquí?
El telón del fondo son sombras y dedos pintados.
(No te escucho. Debo volver. ¡Debo hacerlo¡)
Y no le vemos girarse,
un único plano de ella en el jardín.
Un fantasma desnudo, ojos negros cerrados.
A continuación, con un truco de Méliès, se esfuma.
II. INT. El piso de ella
Doscientos segundos de celuloide antiguo
enroscado en la máquina y arrojado
en un cuadrado de luz sobre la pared del dormitorio.
Él rebobina la cinta, Eurydice
es condenada siempre a volver a intentarlo.
Viste una bata de porcelana china
en un cuadrado de luz sobre la pared del dormitorio.
Él rebobina la cinta, Eurydice
es condenada siempre a volver a intentarlo.
Viste una bata de porcelana china
y su pelo cobrizo recogido hacia atrás.
Las piernas sobre el regazo del hombre, la mano de él
recae sobre ellas, en la parte superior del muslo.
La piel sedosa como el suave azul de la bata,
recae sobre ellas, en la parte superior del muslo.
La piel sedosa como el suave azul de la bata,
y la luz azul de la lluvia en la ventana.
III. M.O.S.
(Tú puedes oírme, puedes tocarme.)
De forma subrepticia, otros se añaden
a la película, y pronto él está viéndoles
como serán cuando sean el pasado.
El sudor adhiere el cabello a su frente.
Durante un segundo agarra su brazo
y ambos retroceden; ella carece de piel,
tan sólo es un fantasma de carne sobre un suave y blanco hueso.
“No voy a continuar con esto”, dice
y ya no existe más.
Es una esposa inalcanzable. Él continúa
a través de laberintos que se disuelven con facilidad, remotos como un núcleo de hielo,
llamando sin esperanza camarada a los que ve.
(No soy una sombra. No soy uno de vosotros)
traducción parcialmente aparecida en ABCD
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