martes, 22 de junio de 2010

YO QUE PASÉ



Eran gritos de un dolor humano
y un viento distante en las copas de los árboles
meciendo el silencio y la lividez de la calle
tortuosa, ambigua, de altos y mezquinos edificios,
y callejones y escaleras y agua corriendo perdida
a la orilla de un paseo donde de pronto
había ventanas pequeñitas, lejanas, y una luna enorme
suspendida entre nubes, la ciudad entera
vista sólo desde un lado como los gritos.

Un perro se escabulle de una caja volcada.
Y un semblante encogido en el portal de donde el perro
[había salido,
duerme profundamente la soledad y el frío,
la casa, la cama y la mesa, tantas, tantas,
que mal se oyen los gritos... Los habría oído yo
que pasé, que sólo pasé, en el sueño
de un semblante adormecido, que en él fui
la mano amiga, el rostro sonriente, la puerta entreabierta,
los pasos que se pierden por el largo pasillo,
al fondo la claridad, inmensa gente, la vida,
la que es de otros, se adivina, voces –
mis pasos tristes más un perro que huye.

Eu, que passei
Yo que pasé [trad. de José Ángel García Caballero]
Jorge de Sena
Adelanto de catálogos de Valverde



2 comentarios:

José Ángel García Caballero dijo...

qué bonito! y qué bella imagen!
:)

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

La imagen es preciosa. No conocía a Emmanuel Sougez, así que gracias por mostrarlo y añadir el enlace.