sábado, 18 de mayo de 2013



LADY GODIVA

Eran tiempos en los que los campus ardían por las fronteras,
y aun así, donde las silvas, había lugar para peeping toms,
chavalines que abrazaban la potencia en el futuro,
el atisbar de esa otra frontera que si venía abajo en cada acometida
entre nuestros cuerpos. Y mis espaldas curvándose
imitaban en la hierba la sonrisa torcida de una interrogación.

Aun después del amor nadie imagina otro dolor semejante,
más honda que la nostalgia de la piel o la fuerza de la traición.
Pero educadamente sigo de vuestro lado, y hay café
y abrazos, y algún día pasos diminutos rodeando mi casa.
Los lobos que ventean tu vestido saben dónde encontrarme.

La punzada de la fatalidad. La luz del .jpg quema los ojos,
el dedo se aleja, como de la culebra, y el puño cerrado
como en nuestras mejores mañanas.
No recordaba tu cuerpo así. Sobra decir,
que no recordaba tu cuerpo en absoluto.

(El yo poético -completamente ficticio y no imputado en ninguna causa legal abierta- no dice toda la verdad. El paisaje que se le presenta detenido consigue conmover sus recuerdos durante unos segundos. Así, a pesar de los años transcurridos, o precisamente debido a ellos, su cerebro activa inmediatamente toda su capacidad de recuperación y respuesta moral. Y se detiene en que, por lo menos, el paisaje no fue marcado con fuego, ni reventado a pico o hacha. Sobre él paira el miedo de la impotencia, otra bien distinta, aunque con coincidencias, de la que a que aparece en las pesadillas de los varones de mediana edad.)

Hubo un tiempo para el silencio y las cerraduras,
campesinos detenidos en el interior de las pallozas
a escuchar el piafar reverencial del caballo.
Tiempos de señora y señor, y rogar por el azar de la brisa
sobre cada uno de tus cabellos.

Pero Coventry dejó de ser el que era desde el Batallón Británico,
y se acostumbró al rugir de la maquinaria, al pie golpeando el asfalto,
y a silbar the foggy dew detrás de los ataúdes.

No habrá paseo ritual.
Hoy declaramos el dolor, mañana declararemos la guerra.

Y tu cuerpo desnudo no es más que una versión retocada
de nuestra bandera.

Quinze las dice després, determináis persones comencen la rebre uno estrany
corrió electrònic, redactar amb él llenguatge sexista més habitual.

"Aquí está la zorra del Zigor".
Él mail té un adjunt. És la foto de la companya d'en Zigor, desnuda.
David Fernández,
Croniques de él 6

Mario Regueira

Tr. del gallego


Libia Posada



2 comentarios:

juan bello dijo...

uf! intenso!

acriflor dijo...

es una delicia venir a tu blog siempre.

Muá,

M.