Nadie debería trabajar jamás. El trabajo es la fuente de casi toda la
miseria existente en el mundo. Casi todos los males que se pueden
nombrar proceden del trabajo o de vivir en un mundo diseñado en función
del trabajo. Para dejar de sufrir, hemos de dejar de trabajar. Eso no
significa que tengamos que dejar de hacer cosas. Significa que hay que
crear una nueva forma de vida basada en el juego: en otras palabras, una
revolución lúdica. Por «juego» también se debe sobreentender fiesta,
creatividad, convivialidad, comensalía y puede que hasta arte. El juego
va más allá de los juegos infantiles, por dignos que sean. Hago un
llamamiento a favor de una aventura colectiva basada en el júbilo
generalizado y la exuberancia libre y recíproca (...)
La abolición del trabajo
en Pepitas de Calabaza.
![]() |
| Joan Brossa |

No hay comentarios:
Publicar un comentario