martes, 2 de julio de 2013



¿Dónde nuestra propia maravilla si ni el otoño
ni la fábrica de conservas
¿si ni ojos de masticar guerras?
Sentir el ritmo del fracaso a través de una larga estadía
en el castillo de los héroes anónimos
y de las dueñas irreflexivas
donde los siervos levantan cada mañana la bandera
color de todas las mañanas levantados
y transcurre el ritmo
codicioso
mientras pasan las mañanas
violetas
y nosotros, levantando banderas para clavarlas en ningún lugar
(...)
Me lo habían dicho
pero lo olvidé
y hasta hoy viví una navegación pacífica:
se había criado abrigado, durante el éxodo, en una explotación
de gallinas
que explican el nacimiento de aquellas nuevas especies.
La ciencia había fracasado, esencialmente
el conocimiento no llenó nuestras vidas de placeres.

El fracaso es única responsabilidad del Capital.
El placer
el placer.


Oriana Méndez
tr. del gallego

Tope, 2011
Galería Nogueras
 

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