Parece que este cuerpo parece que es espino.
Sobre la zarza ardieron las palabras. Una flor
rompe el tiempo,
del límite del cielo nace una mano contra.
Soy la que soy.
La sombra se deshace contra la propia sombra,
parece que este cuerpo parece que es un junco,
que las cosas se esfuman contra su propio límite.
El viento nos recorre, la música no suena, el pubis
que nos vuelve a florecer: carne de prisa y fuga.
Un cuchillo parece que se eleva.
Soy la que soy.
El cuerpo alza el vacío, es
la espiral de mí misma a mí misma a mí misma:
la llave que aparece y que desaparece, la flor, el
filo del cuchillo.
Andas.
Soy la que soy.
Maya Deren |
No hay comentarios:
Publicar un comentario