Poema con un pepino dentro
A veces desde esta ladera después de la puesta de sol
se tiñe el canto del cielo
de un verde muy pálido, como la carne del pepino
cuando lo pelas con mucho cuidado.
*
En Creta, una vez, en verano,
Como seguía haciendo calor a medianoche,
Nos sentamos en una taberna junto al agua
Para contemplar las barcas que se mecían a la luz de la luna,
Bebiendo vino de resina y comiendo ensalada
De yogur, eneldo y rodajas de pepino.
*
Una pizca de sal, algo parecido a la fécula, algo
como una especie de esencia de hierba o de hojas verdes
en la lengua es la lengua
y el pepino
en mutuo avance.
*
Desde que embarazoso es una palabra,
Embarazar debe de haber sido una palabra,
Ahora en desuso, e incluso entonces
Para una persona a la que en situación embarazosa
Debe haberle parecido algo metódico y bien pensado
Ponerse ante el fregadero a pelar un pepino.
*
Si crees que voy a hacer
Un juego de palabras sexual en este poema, estás en un error.
*
En el arcano tormento sufrido por la tierra
Cuando el fuego se fue enfriando y se acomodó
En granito, caliza, serpentina y pizarra,
Es posible imaginar que, bajo amarillentas nubes químicas,
La espuma derretida, después de haber ardido mucho tiempo,
Soñaba con liberarse,
Y que aquel sueño, nebuloso,
Pero con creciente nitidez, tomó la forma
Del agua, y que fue luego ésta, quien de forma más nebulosa aún, imaginó
La piel verde oscuro y la carne verde ópalo del pepino.
De "Tiempo y materiales"
de Robert Hass (tal y como me indica Antonio Jiménez Morato)
Traducción de Jaime Priede.
5 comentarios:
a bote pronto: embarazar, preñar, fecundar, dejar embarazada, dejar preñada... es curioso, sintagmas, expresiones, verbos, que indican acción y en cierta manera agresión, conquista, dominio...
la mujer no ha opinado en este asunto.
concurso: buscar una expresión femenina para ello (que no sea pasiva -ej.: me he quedado embarazada-)
un beso
Lector: es complicado lo que pides porque la misma naturaleza de este acto es masculina.
Se me ocurre para el concurso, el verbo reflexivo "Inseminarse", aunque tampoco es femenino en sí mismo... esto es demasiado complicado.
El poema es bastante simpático.
Me gusta.
Saludos.
(mira mi tatoo)
Es una pena que el autor no conociera la costumbre que tienen en el pueblo de mi madre de meter un pepino en una botella de cristal cuando es pequeño, y dejarlo crecer dentro (sin cortarlo de la mata, claro). Se corta cuando ya está grande y ocupa casi toda la botella. Entonces se rellena de anís y se guarda. Sí, el anís de pepino necesita poema; y esas botellas esparcidas por la huerta, también.
Saludos, Ana.
Buen lunes.
El poema es buenísimo. Tal vez "el lector", por cierto, encuentre interesante un poema de Katerina Angelaki Rouke que se llama "Transgresión", y que ahora no tengo aquí a mano, qué rabia.
Besotes
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