jueves, 18 de abril de 2013

Nacho Martín Silva


Enjambres de abedules
liman oscuridades
el arrebato escindido
de una tierra yugular.
Un sol negro calcina pilares
anudados por hilos de viento
a una mano ansiosa
del sudor que exhala tu espalda.
El día se encoje, perplejo.


**


Ante el puerto sepultado
tocan a rebato
pero estamos lejos de allí donde
la piedad se encadena al aburrimiento
y el temor a la cólera.
La aguja de la memoria borda en nuestra piel
la promesa del sueño.

Lurdes Martínez. La huella termita