Habían
prendido cactus en el cielo de la boca,
espinosos
dientes y cerrojos oxidados en los muebles
clavijas
abombadas en los ojos
aldabillas
viejas en el paso nuboso de la garganta
palabras
cultas en los desgastados ciruelos
del
costal del cuerpo
y
todo envuelto en un callado silencio hormonal,
cómplice
en
un silencio ilota
de
tramallos
arrastrados por el vientre y
nasas
repletas de algas.
Todo
el universo femenino herido de hipotermia y pavor.
Mariña Pérez Rei
Tr. del gallego
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| Bell Fullana |

5 comentarios:
Me encanta Ana, ¿dónde puedo leer más?
muá
Yo también quiero leer más poemas suyos, me he quedado con ganas de más. Un saludo.
+1
Leyendo ahora en tu cámara las traducciones, que emoción!
Gracias Olalla, por hacer sentir a la cámara importante. Poco a poco vamos abriendo camino. ¡qué ilusión la mía de que la cámara sirva para algo bueno!
bicos
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