domingo, 19 de octubre de 2014
viernes, 17 de octubre de 2014
YO ES OTRO
Cuando me siento a escribir y pienso
en Pessoa y en hacer la compra yfinjo
y me da por ficcionalizar el yo
en ambientes urbanos ideales
para experimentar noviazgos tristes
y Rimbaud me sugiere el yo esotro
y hasta los acentos son citas literarias
y unas gordas metáforas me sirven
de escondite y mi voz no me toca
y me veo a lo lejos.
Acabo releyendo
mis versos sin quedarme nada claro
si seré yo el que escribe estas cosas
o hay un poeta detrás de mis cortinas
que redacta poemas cuando salgo de casa,
y al final me convenzo de que son de un extraño
y, muchas veces, hasta lo prefiero.
Cuando me siento a escribir y pienso
en Pessoa y en hacer la compra yfinjo
y me da por ficcionalizar el yo
en ambientes urbanos ideales
para experimentar noviazgos tristes
y Rimbaud me sugiere el yo esotro
y hasta los acentos son citas literarias
y unas gordas metáforas me sirven
de escondite y mi voz no me toca
y me veo a lo lejos.
Acabo releyendo
mis versos sin quedarme nada claro
si seré yo el que escribe estas cosas
o hay un poeta detrás de mis cortinas
que redacta poemas cuando salgo de casa,
y al final me convenzo de que son de un extraño
y, muchas veces, hasta lo prefiero.
Ángel Talián
Helena Almeida |
CASA SOLA
Está lloviendo fuera de mi casa
y sopla el viento - dentro de la vida
también llueve, también sopla, también
tiemblan los cuadros-, choca el viento conta
el cristal como voces del pasado,
pero no es un pasado que yo entienda,
suenan como pasados muy lejanos,
suenan voces inhóspitas pidiendo
permiso para entrar en esta casa
alumbrada por velas que tililan.
La casa no se mueve, esta casa
sola, respira gritos del invierno.
Las velas se consumen, en lo oscuro
solo queda el sonido de las voces
trayendo su recado de nostalgia.
miércoles, 15 de octubre de 2014
miércoles, 8 de octubre de 2014
sábado, 4 de octubre de 2014
Unas veces el cambio se prepara
en forma subterránea pero estalla
de modo brusco, abierto:
nova en el cielo
grieta en la tierra
inundación de luz en plena noche
lengua de fuego
asoma sorpresivamente en la mirada
del otro, vuelto Otro, vuelto ajeno.
Otros cambios se gestan
imperceptiblemente.
De una oscura manera
de un modo
silencioso
lo que no estaba está y lo que estaba
es destruido.
Pero tan gradualmente
que siempre quedan restos:
de la mirada, alguna
chispa
alguna vez.
De la voz, algún eco
(palabra no enfriada
todavía).
en forma subterránea pero estalla
de modo brusco, abierto:
nova en el cielo
grieta en la tierra
inundación de luz en plena noche
lengua de fuego
asoma sorpresivamente en la mirada
del otro, vuelto Otro, vuelto ajeno.
Otros cambios se gestan
imperceptiblemente.
De una oscura manera
de un modo
silencioso
lo que no estaba está y lo que estaba
es destruido.
Pero tan gradualmente
que siempre quedan restos:
de la mirada, alguna
chispa
alguna vez.
De la voz, algún eco
(palabra no enfriada
todavía).
Circe Maia
Sigmar Polke |
jueves, 2 de octubre de 2014
La idea de la belleza
J O D E R
Fuera.
Fuera tribu.
… Si bailaras conmigo
habrías de comer el saber
crudo
la impalabra de mi carácter montañés
bárbaro
y buitral
habrías de beber la orina bendita por belce
bú
come
come
tú.
La foránea llevo en una lengua anticrista una flor una flor una flor
tan abierta
que piensa
…si bailaras conmigo
hasta partirme el espinazo y hacer dos de mí
mi bien
si me vieras bien
ven
y baila conmigo.
He vivido con la boca seca como el desierto de Dakar
hasta tocar
la punta infinitesimal de mi meada
marqués
marqués de la nada
solo señor de mi vagina noche inmensa papila gustativa del mundo
vulva perforadísima
botón de la tierra
antiley de la gravitación universal.
El centro de la tierra no atrae mis palabras
te las doy de comer en tu ansia coprófila
esta excrementación silábica esta apalabración
que me inflama los intestinos
llenos de amor
y mierda.
La idea de la belleza
cruzando el cielo hacia el sur
en la migración de las aves
describe la curva depravada
el grado más alto
de poesía pura
cayendo como el sudor por tus poros
abiertos que son
agujeros negros
y una cosa preciosa de la astrofísica.
La idea de la belleza migra en tu saliva
esa sustancia que rompe la barrera del sonido
sobre mí
podemos
Joder
hasta romper a palos el espíritu de Dios
podemos
Joder hasta sentir el culo de la noche
donde nadie ha visto las patas de una garza
anunciar la luz del día
Joder
hasta arrasar las cordilleras de la miseria
podemos
Joder
hasta caer
sentir el crac del cromosoma del poder
podemos
Joder hasta tocar nuestra soledad con tu prepucio solo
Joder
nos
hasta el final
hasta ver la muerte curvándose en la última postura del placer
Joder
hasta
Joder
y ya no ser
más
que la sombra de una dimensión jodiendo a cuatro patas
en el borde del universo
tú y yo
Jodiendo de rodillas
en la noche estrellada de la mente de Platón
pensando
quizás
en la idea de la belleza.
Olga Novo.
martes, 30 de septiembre de 2014
Parece que este cuerpo parece que es espino.
Sobre la zarza ardieron las palabras. Una flor
rompe el tiempo,
del límite del cielo nace una mano contra.
Soy la que soy.
La sombra se deshace contra la propia sombra,
parece que este cuerpo parece que es un junco,
que las cosas se esfuman contra su propio límite.
El viento nos recorre, la música no suena, el pubis
que nos vuelve a florecer: carne de prisa y fuga.
Un cuchillo parece que se eleva.
Soy la que soy.
El cuerpo alza el vacío, es
la espiral de mí misma a mí misma a mí misma:
la llave que aparece y que desaparece, la flor, el
filo del cuchillo.
Andas.
Soy la que soy.
Maya Deren |
domingo, 28 de septiembre de 2014
Observar ir el mar.
Treinta segundos de líquen amarillo.
Treinta segundos de ovillo y oleada,
helecho y espuma, treinta segundos
de sal, roca, niebla, rocío.
Las nubes
se mueven lentamente a la izquierda.
Una puerta en la roca a través de la que puedes ver :
otra roca,
lamida por la marea de maleza.
Como filmar una respiración, treinta segundos
de marea rota, pulsando
las piedras más pequeñas
bajo la playa negra ¿qué color
era ese, aguamarina?
La estrella de mar extiende
sus manos de color salmón.
Me mantengo en pie y les disparo
Me mantengo en pie y los observo
después de disparar: treinta segundos de mar roto
mientras el verdadero mar es
golpeado y arrojado.
Eran las películas más aburridas hechas jamás.
Quería
hacer un montaje y pulsar “play” .
Treinta segundos de olas que chocan.
Un alga marina
con su actitud abierta, sellos
que montan las olas, curvadas en fila
justo debajo del agua:
el mar,
una y otra vez.
Antes de que no haya más veces.
Treinta segundos de líquen amarillo.
Treinta segundos de ovillo y oleada,
helecho y espuma, treinta segundos
de sal, roca, niebla, rocío.
Las nubes
se mueven lentamente a la izquierda.
Una puerta en la roca a través de la que puedes ver :
otra roca,
lamida por la marea de maleza.
Como filmar una respiración, treinta segundos
de marea rota, pulsando
las piedras más pequeñas
bajo la playa negra ¿qué color
era ese, aguamarina?
La estrella de mar extiende
sus manos de color salmón.
Me mantengo en pie y les disparo
Me mantengo en pie y los observo
después de disparar: treinta segundos de mar roto
mientras el verdadero mar es
golpeado y arrojado.
Eran las películas más aburridas hechas jamás.
Quería
hacer un montaje y pulsar “play” .
Treinta segundos de olas que chocan.
Un alga marina
con su actitud abierta, sellos
que montan las olas, curvadas en fila
justo debajo del agua:
el mar,
una y otra vez.
Antes de que no haya más veces.
Dana Levin.
Tr. del inglés
viernes, 26 de septiembre de 2014
LIBRO DE CANCIONES
Un teclado minúsculo que lleva a la gigante ensoñación del pasado.
pulsamos un botón, somos arrastrados a un camino rural,
desfilando con santos, dejando atrás el valle del río Rojo ...
están aquí cada una de las vacaciones que odiaste, todos tiempos adversos,
cada uno de los deseos llenos de vapor de verano. Cerraste los ojos
en el hueco de la escalera de madera, inclinando la cabeza contra la pared,
entendiendo el mundo que más grande se alzaba. Está todavía ahí,
y está escondido en este teclado también,
ahora somos un órgano, ahora somos un oboe,
ahora somos viejos o jóvenes,
ahora olemos el papel pintado en la casa
que nuestro abuelo vendió con todos los armarios,
mesa y mantelito incluido,
pero todavía estamos a la deriva, flotando:
repiqueteo lleno de capas anhelantes de sonido.
Un teclado minúsculo que lleva a la gigante ensoñación del pasado.
pulsamos un botón, somos arrastrados a un camino rural,
desfilando con santos, dejando atrás el valle del río Rojo ...
están aquí cada una de las vacaciones que odiaste, todos tiempos adversos,
cada uno de los deseos llenos de vapor de verano. Cerraste los ojos
en el hueco de la escalera de madera, inclinando la cabeza contra la pared,
entendiendo el mundo que más grande se alzaba. Está todavía ahí,
y está escondido en este teclado también,
ahora somos un órgano, ahora somos un oboe,
ahora somos viejos o jóvenes,
ahora olemos el papel pintado en la casa
que nuestro abuelo vendió con todos los armarios,
mesa y mantelito incluido,
pero todavía estamos a la deriva, flotando:
repiqueteo lleno de capas anhelantes de sonido.
Naomi Shihab Nye
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Horizontes
negros, surgid.
Horizontes
negros, besadme.
Eso
es todo; demasiadas mentiras; que matan tan barato;
bebés
tan baratos; la sangre, la gente tan barata; y
la
tierra alta, la tierra querida; un pedazo de tierra
cuesta;
una mamada en la teta de la madre tierra, tan
limpia
y tan fuerte, cuesta; vallas, periódicos,
sheriffs;
cercas, leyes, armas; y tantas
estrellas
y tan pocas horas de sueño; tan grande
la
canción y tan poco el caminar para seguir
cantando;
echa un vistazo; las guerras por venir; ríos rojos
para
cruzar.
Horizontes
negros, surgid.
Horizontes
negros, besadme.
Carl Sandburg
Tr. del inglés
Tr. del inglés
Otto Dix |
lunes, 22 de septiembre de 2014
jueves, 18 de septiembre de 2014
martes, 16 de septiembre de 2014
domingo, 14 de septiembre de 2014
Paula Rego |
CAFÉ BLAKE
si fuese por la mañana ahora y yo abriese los ojos
pensaría seguramente en otro de aquellos días en
que me visto y el cuerpo se escurre por entre las ropas
sin querer mantenerse de pie
vuelvo a cerrar los ojos
fingiendo que nadie los vio abriéndose
y parto al desierto
llevo pocos conmigo – apenas algunos fracasados como
yo que transportan un mundo en los ojos cerrados y
no se dejan tocar
contrayendo en ese esfuerzo todas las deudas enfermedades
contrariando en ese vicio la voluntad de todos los sueños
contrahaciendo en esa quietud la narrativa de todos los
viajes
contrabandeando en ese momento la materia de todas las
mudanzas
Encendemos una hoguera en el desierto y
la mantenemos a tragos de whisky y largas colillas tiradas
a capirotazos
queríamos calentarnos pero el arte que nos cupo es
el que menor llama hace
todo en nuestra sombra es demasiado pequeño
es demasiado grande
entonces vagueamos
vagueamos por la insensibilidad de la tradición y por lo
absurdo de bodas turcas en barrios europeos
por la irracionalidad de las horas punta y por la imprecisión
de un Big Ben
por la inevitabilidad del fin de los griegos y por la inagudeza
del pesimismo frente a la evidencia de que estábamos todos
presentes desde el inicio
la historia de la humanidad comienza con la historia de la
destrucción
vagueamos por la imposibilidad del amor
por la tendencia a averiarnos
y concluimos que acaba por ser lo mismo
amar y destruir
endeudados al mismo tiempo y enfermos por todo el cuerpo
un día no regresaremos del desierto
haremos en el desierto nuestro Café Blake
a velas y paredes oscuras ya desconchadas
y al fondo de la sala más pequeña un cuadrado pintado de
azul de prusia
y en el sótano forrado con estantes un largo rectángulo de papel
escrito para el desierto
por donde se verá por último la luz del amanecer
mientras la orgía embriagada se comienza
despacio y aleatoriamente a acurrucar
buscando algún calor para dormir tranquila
Marta Navarro
Tr. del portugués de Genaro da Silva.
Tr. del portugués de Genaro da Silva.
viernes, 12 de septiembre de 2014
miércoles, 10 de septiembre de 2014
lunes, 8 de septiembre de 2014
VIDA LABORAL
(BUENOS AIRES)
Envuelta en celofán, la noche es un regalo.
Duermo del lado
de los anuncios por palabras.
Si sueño a dos columnas despierto en titulares.
Cuando ronco no elijo.
Poco a poco me arranco la sección de sucesos:
pergamino y estraza.
Las páginas salmón me abren el apetito.
Entre frazada y manta,
¿qué nos protegerá de la intemperie?
Entre abrigo y cobija,
¿qué textura nos redime del frio?
Valgo mi peso en celulosa. Cargo
el gramaje del mundo a mis espaldas.
No podría vivir en sociedad.
Luis Bagué Quilez.
(BUENOS AIRES)
Envuelta en celofán, la noche es un regalo.
Duermo del lado
de los anuncios por palabras.
Si sueño a dos columnas despierto en titulares.
Cuando ronco no elijo.
Poco a poco me arranco la sección de sucesos:
pergamino y estraza.
Las páginas salmón me abren el apetito.
Entre frazada y manta,
¿qué nos protegerá de la intemperie?
Entre abrigo y cobija,
¿qué textura nos redime del frio?
Valgo mi peso en celulosa. Cargo
el gramaje del mundo a mis espaldas.
No podría vivir en sociedad.
Luis Bagué Quilez.
Gus van Bossche |
sábado, 6 de septiembre de 2014
Ar
La
selva crece por dentro y el altiplano anida en la mirada.
La humedad se
deposita en la piel como una bruma.
De lo seco
a lo húmedo, de golpe.
Un corte de respiración abrupto
como
el paisaje.
Transición
insospechada: el horizonte de montañas enormes y heladas se precipita.
Se hace
precipicio mientras lo verde irrumpe.
Un
juego de colores y de respiraciones.
No se respira igual en lo árido que
en lo húmedo.
No
se es igual.
¿En
qué punto exacto se produce la escisión?
¿Se produce?
¿O es que la selva permanece dentro como un
presentimiento mientras el altiplano anida en la mirada como un estar ausente?
¿O es que el altiplano permanece dentro
mientras la selva humedece la piel y vuelve bruma la mirada?
No es una ruta:
es un trance.
Es atravesar el terror / el camino
de la muerte.
Extravié
el camino pero la selva era clara, palpitante, presencia invasiva.
Un exterior que
invade y arrebata.
la
suspensión / el éxtasis del afuera
No se trata de geografía se trata
de una respiración compartida que se abisma.
El
camino de la muerte: En la infancia se puede mirar el abismo
verde e intuir la palabra muerte. Se puede pensar: ¿cómo puede ser algo terrible si la caída por el precipicio parece
amortiguarse en esas copas verdes respirantes que nos miran?
Mientras las
cascadas constantes vuelven barro la tierra y parece que todo está dado para la
muerte. No es una ruta es un trance.
Llegar a Caranavi.
Cobija:
La
selva suena.
El altiplano calla.
pero
en esos contrarios se contiene toda la música del mundo
El amanecer
en la selva es azul /El amanecer en el altiplano es celeste.
Y las
impresiones son sólo matices cromáticos de un mismo misterio que sabe desdoblarse
de manera casi simétrica en las oposiciones:
Verde /
Gris Húmedo/Seco
Bajo/Alto Calor/Frío
Alquimia,
oxímoron: anima mundi.
Pero ¿en qué
momento exacto se produce el desdoblamiento que enfrenta? ¿Enfrenta o acompasa?
¿No contiene cada instancia su reverso dentro? ¿No se es altiplano en oposición
a que se es selva?
(Nada
es cierto y el lenguaje de la separación no es suficiente para nombrar las
metamorfosis del paisaje.)
La coca: hoja
verde que contiene la selva que se mastica.
Pasanca: una nueva
manera de lo negro en la selva.
Motacú
achachairú guapurú: ¿el lenguaje es del lugar de donde procede lo que se nombra
o del lugar donde es pronunciado lo que se desconoce?
[Encomiendas: la humedad viene dentro
y también la fruta envuelta en cartas. Reyes y el Beni vienen en la encomienda
y crean todo un lenguaje que hace inmediatamente crecer la selva en plena La
Paz, en la avenida Arce.]
«El Beni como
una imagen extraviada en un libro de Perec. Leer una postal cuya leyenda dice Beni y ver como de las páginas brota
la laguna de Copaiba, Rurrenabaque, Reyes, las palmeras, el jocheo de toros del
6 de enero. Soñar en escribir, a lo Perec, un relato beniano en el que
estuviera ausente la letra u: ¿un imposible? ¿Un callarse las cosas de la
selva?»
La laguna de
Copaiba: decir piraña e intuir una presencia real distinta a las fábulas de
Esopo. Pero también decir jochi colorado, sicurí, pasanca, sumurucucu como
animales de una mitología que el habitante del altiplano desconoce. Dejarse habitar por ella.
U como onomatopeya selvática. U de motacú. U de lluvia.
U de humedad. U de tutuma. U de cunumi. U
de tacú. U de yungas. U de sumurucucu.
una
letra para la zona tórrida y para la apertura del lenguaje
El altiplano,
como el desierto de Jabès, es la extrema escucha. La selva con su sonido
vibrante entabla un diálogo imperceptible para los que no han aprendido a
callar en su lenguaje.
Una naturaleza
desatada que nos camina dentro. La selva: la floresta respirante que nos come –y se lo comió la selva.
El zapateo africano que retumba sobre el
altiplano del Perú / La saya de los Yungas retumba en el carnaval de Oruro / El
contundente ritmo de la selva retumba en el sosegado ritmo del altiplano.
la música de
yuruparý se hace con los huesos de Uarly
porque uno es el otro y el otro es el uno
Valeria Canelas
jueves, 4 de septiembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)